No puede ser que únicamente yo, la bruja ciega, que tan apenas salgo de las cuatro paredes que me dan cobijo, que no disfruto de más compañía social que la de mi propia soledad, que no leo más periódicos que los digitales, que me salto los comentarios por aburridos y superfluos, escribiera en su día un artículo previniendo de los riesgos que conllevaban los acuerdos de la señora Merkel con Turquía. Riesgos que era imposible sobreseer tanto a nivel externo, atendiendo a las circunstancias políticas en las que se encuentra Turquía, como a nivel interno, atendiendo a los grandes problemas de integración a los que ha debido hacer frente Alemania en los últimos tiempos, cuando descubrió con pavor que la tercera generación de emigrantes turcos tenía grandes dificultades para relacionarse con la sociedad en la que había nacido, hasta el punto de que muchos de ellos no sentían ningún deseo de pertenecer a ella, reivindicaban una doble nacionalidad y llegado el momento de casarse, iban a su país de origen, Turquía, a buscar una mujer lo más tradicional posible. Las propias autoridades alemanas en colaboración con las asociaciones turcas hubieron de dedicarse a la ardua tarea de solucionar problemas como el situación de la mujer y los crímenes por el honor en una sociedad plural y abierta. Es cierto, la sociedad alemana no está libre de pecado. La integración no es cosa de uno sino de dos. La tercera generación de turcos estaba harta de ser considerada ciudadana de segunda clase, de tener que demostrar que eran mejores para ser considerados simplemente iguales, de no ser invitados a determinados círculos sociales y de únicamente ser tolerados en otros. La tercera generación de turcos había tirado la toalla de la integración para en su lugar construirse su propio mundo a base de antenas parabólicas que le conectaban con el país que décadas atrás habían abandonado sus abuelos. Un mundo que no conocían más que de oídas, a lo sumo de vacaciones, y que tal vez por ello, su nombre les abría la puerta a paraísos perdidos y siempre soñados y anhelados. Al despertar se encontraban con el mundo gris y sombrío de la cotidianeidad, en el que uno tenía que luchar no sólo por ser visto sino, sobre todo, por ser respetado.
http://1234elucubracionesdeidayvuelta.blogspot.de/2015/11/una-llamada-puntual-para-hablar-de.html
Pero Europa quiere soluciones y quiere soluciones rápidas porque su miedo es grande. En vez de creer que sólo en ella, en la propia Europa, se encuentra la solución, que es hora de decidir entre lo que quisiéramos que el mundo fuera y lo que el mundo es, prefiere actuar a lo Hamlet y por eso decide pagar a otros para que sean esos otros los que hagan el trabajo sucio que ella, Europa, no quiere llevar a cabo para de este modo creer que puede seguir mirándose en el espejo sin que la sangre derramada le ensucie el rostro, olvidando que la sangre hace tiempo que no deja de correr a borbotones porque mientras por un lado prohibía a sus infantes los juguetes violentos, por otro les regalaba toneladas de videojuegos, películas y qué se yo, a cuál más sanguinario y es por eso por lo que más de uno y más de dos,- a los que no se les ocurre otra cosa distinta qué hacer, porque además de estar desocupados tampoco tienen nada mejor en qué pensar; porque es con lo que han crecido, es con lo que han estado ocupados mientras sus progenitores se dedicaban al autodesarrollo, y ellos habían de permanecer ocultos en sus habitaciones para que los vecinos no se quejaran del ruido de las pisadas al caminar por el pasillo, no protestaran del ruido de la pelota al sonar contra las paredes, no se alteraran por los gritos de alegría o de rabia al jugar al parchís; ocultos en sus habitaciones para no ser atropellados por los coches, o para impedir que la pelota, la dichosa pelota, rompiera alguna ventana; hijos ocultos y tratados con Ritalín porque ser nino era sinónimo de hiperactivo... - más de ese uno y más de ese dos, digo, están dispuestos a asociarse para en defensa de no se sabe qué extraña causa liarse a golpes con todos los que se acerquen a sus lindes. Europa mira estupefacta a esos sus propios hijos, hijos a los que ella ha engendrado y criado, y que por un lado , a falta de juguetes violentos, no dudan en coger la sartén por el mango para empezar a follonear a diestra y siniestra, mientras por el otro, gracias a su destreza con los videojuegos, con la experiencia del manejo de la informática, de las convenciones y del conocimiento y observancia de las normas que todo juego requiere,- aunque se trate de juegos de consola, porque es con ellos con los que han aprendido a jugar- se integran en la vida cotidiana del juego político de Europa y los europeos.
"a" y "no a" caminan de la mano jugando ora a la física de la relatividad, ora a la realidad virtual.
El Papa mientras tanto, habla y escribe sobre la caridad y la misericordia al tiempo que grita "no seáis egoístas". El Papa habla de invasión árabe y a continuación, y después de haber afirmado que esto, lo de invasión árabe es un hecho, aconseja convincente que es necesario perder algo para que todos ganemos. El Papa, claro, se refiere, supongo, a lo material. O es que tal vez lo he entendido mal y a lo que se refiere es que está dispuesto a perder más parroquianos de los que ya ha perdido en favor de la competencia que llega? No se sabe. Los periodistas elucubran al respecto de la primera sentencia, esa que habla de invasión sin prestar atención a la segunda que es, justamente, la que me preocupa a mí. Creo que ya lo dije: yo, al contrario que mi amiga Carlota, no soy un hada; soy una bruja y las brujas nos contentamos con la armonía material dejándonos embriagar por los placeres terrenales más sencillos. Amamos el aroma del café sólo y exclusivamente si detrás de él nos espera una taza llena de café visible y bien visible.
Las realidades virtuales no están hechas para nosotras. Qué le vamos a hacer!
En fin, el Papa habla y habla. Y nadie se acuerda, o al menos nadie parece acordarse de cuando se refirió a la guerra santa. Si ustedes tampoco se acuerdan revisen por favor sus ficheros. Creo que fue en el otro blog. Ése que una vez se llamó "desde el asombro" y que ahora se llama "idas y venidas" porque quién sabe, a lo mejor me tomo unas vacaciones, abandono el bosque, y vuelvo otra vez a él, como quién va a la playa en verano. Si no recuerdo mal el artículo se titulaba: "Nombres y apellidos". Luego lo comprobaré.
Comprobado.
http://289elucubraciones.blogspot.de/2014/08/nombres-y-apellidos.html
El Papa es mucho Papa. El Papa se mete en política justo porque sabe que los políticos están agotados. El Papa da sermones acerca de la caridad y los empalma con los sermones de ideología de izquierdas y así se mete en el bolsillo a la derecha, a la izquierda y a los del centro. Aunque no lo parezca, el Papa sabe perfectamente lo que está haciendo. Universal, es la palabra. Y Universal es un término que va más allá de global y globalización. Esto es algo que seguramente no entendieron los templarios, de ahí su ruina. Los templarios fueron globales y globalistas, en un modo y manera muy parecido al que se es hoy, pero no fueron universales. Permanecieron entre sí. La Iglesia, en cambio, acoge el término global y lo supera. La Iglesia es Universal. Esto es algo que posiblemente los laicos tampoco han terminado de entender. Universal no es Indefinido. De ahí, seguramente el profundo foso en el que los laicos han terminado por caer y del que no parece que vayan a salir en mucho tiempo. La Iglesia es Universal y ello incluye lo global, pero al mismo tiempo lo trasciende. A la Iglesia Católica no sólo pertenece el clero, sino también los parroquianos, no sólo los parroquianos sino los que todavía no son parroquianos pero podrían llegar a serlo. Pero al mismo tiempo esa universalidad está definida y bien definida, o lo que es lo mismo, guardada y bien guardada, por los muros de la Ortodoxia. Una Ortodoxia que no es tan fija ni firme como muchos creen. Unos muros que están en constante movimiento y diálogo. Unos muros que hoy están aquí y manana allá. Hoy es pecado ir a comulgar si se ha bebido agua una hora antes de la misa porque hay que guardar ayuno completo al menos durante dos horas, y mañana está permitido darse un banquete y a continuación ir a comulgar. Hoy es pecado comulgar sin confesarse y mañana los confesionarios están vacíos y el creyente, como le pasó a una muy católica amiga mía, tiene que ir buscando al cura para que le absuelva de sus errores morales porque a pesar de haber concertado una cita con él para dicho asunto, el cura no está. Tal vez todo ello forme parte de la penitencia...
La Iglesia que lleva dos mil anos, sigue en pie, porque la Iglesia que dice a y no a al mismo tiempo y en la misma frase, sigue conservando la frescura de su juventud. Por qué? Porque en la Iglesia Católica "a" y "no a" no son en absoluto antagónicas y no lo son porque en realidad significan lo mismo: La Iglesia tiene un fin a cumplir: el de la Universalidad. En este sentido "a" y "no a" son, en realidad, las dos caras de la misma moneda. Poco importa de qué lado caiga, lo importante es que Iglesia siga conservando su moneda.
Pero los políticos europeos que repiten los mismos valores, una y otra vez; que aluden constantemente a los mismos ideales, se ven obligados a hacer hoy una cosa y mañana otra. Y hete aquí, justamente aquí, donde se encuentra el quiz de la cuestión. Hoy hacen "a" y mañana hacen "no a" y a eso le denominan "alta flexibilidad" porque ese "a" y ese "no a" además de no pertenecer a la misma moneda sino a monedas diferentes, no les permite el quedársela en su bolsillo, porque esas monedas están ardiendo y amenazan con incendiar todo lo que tocan.
Muchos de ustedes creerán seguramente que critico a la Iglesia Católica. No. Se equivocan. La admiro y la respeto en lo que a sus dotes políticas y organizatorias se refieren. Lo único que lamento, lo único que me destroza el alma, es que la genialidad que demuestra en un campo le exija olvidarse -aunque ella no quiera (o no pueda) darse cuenta, del campo al que debería dedicar sus esfuerzos y su talento: el espiritual, el de la Fe.
Una Iglesia Católica Universal en el Poder, me da grandes dolores de cabeza. Sus muros son grandes, enormes y flexibles pero recuerdan demasiado a la Roma Universal. Esa Roma que soñaba imperios eternos y que construyó caminos para que perduraran lo que ella misma pensaba subsistir. Sin embargo, aquella Roma Universal cayó derrotada y exhausta por la misma razón que ahora está demoliendo a la Iglesia Católica desde sus más profundos cimientos: por la falta de Fe. Aquélla Roma Universal arengaba a sus legiones al grito de "Por el honor", lo mismo que la Iglesia Católica insta a sus fieles a actuar "Por caridad."
Pero qué es el honor sin Fe? Qué es la caridad sin Fe?
Continuaré dentro de un par de horas. Ahora necesito un café. Lo que hoy me duele no es la cabeza. Es el estómago.
La bruja ciega.
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