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Thursday, March 31, 2016

Familias y clanes. Magas y brujas.

“¿Qué diferencia existe entre familias y clanes?” Me pregunta Jorge al otro lado del teléfono. “Acabo de leer tu artículo sobre “The Originals” y tienes razón: la realidad supera a la ficción incluso en lo que al número de cadáveres se refiere. Pero no entiendo ni la diferencia entre clanes y familias ni la diferencia entre brujas y magas.”

Podía haber imaginado que sólo alguien como Jorge se fijaría en ese pequeño detalle y que eso lograría despertar su curiosidad hasta el punto de llevarle a hacer lo que en meses no ha hecho: llamarme.

“Jorge querido con perdón de Paula”, le digo. “La serie se equivoca al hablar de familias y no de clanes porque las familias son democráticas, incluso anárquicas y están unidas por el amor. Los clanes, en cambio, son jerárquicos, despóticos, regidos por la ley del más fuerte y por el Poder. No es el amor quien une a los clanes sino el simple y puro interés. El interés de supervivencia, de defensa y de conquista.”

“Ya, ya”, contesta Jorge impaciente, “pero ¿qué pasa con las brujas?”

“Ah, las brujas.... “  Y no puedo evitar reírme al pensar cuántas tonterías se dicen sobre ellas. "Una vez escribí un artículo sumamente serio al respecto. Tan serio y profundo que la profesora me suspendió, aunque justo es decir que la nota la recibió Verónica, la hija de Carlota. Pero desconocía que las brujas se hubieran puesto tan de moda. Ya sabes que las películas no son mi fuerte.”

“Al grano, Isabel” dice tranquilamente Jorge el tranquilo. “No es el que el tema me interese demasiado pero me gustaría saber qué extraños pensamientos circulan esta vez por tu mente.”

"Ninguno que no sea tan cierto como desconocido". Le digo. "Explicarlo es complicado y entenderlo quizás más. Pero en fin, lo intentaré. Submundos y sobremundos son en realidad uno y lo mismo. Eso no significa que Todo esté en el Uno y el Uno en el Todo. Significa, lisa y llanamente, que todos nos movemos bajo las siete esferas ¿o eran cinco? En fin, poco importa ahora. La verdad, Jorge, es que unos y otros, todos nadamos en la misma sopa aunque no de la misma manera: unos tienen un estilo y otros, otro; unos compiten juntos y otros, en solitario. Algunos nadan sin descanso, otros flotan, algunos conversan, otros establecen competiciones e incluso siempre hay alguno que termina ahogándose. Así que submundo y supramundo termina siendo globalmente universal, ¡qué le vamos a hacer! Determinados seres nacen con las facultades mentales y corporales especialmente desarrolladas. Tan desarrolladas que en algunos lugares se les ha otorgado el título de “semi-dioses”, lo que viene a signficar: híbridos de hombres y dioses. Otros, sencillamente, estudian con ahínco las ciencias más variadas y se convierten en eruditos. Y otros son una mezcla de semidioses y erudición y terminan jugando al “me ves, no me ves”. Podríamos, pues, hablar de cuatro grupos. Los semidioses, los magos, los brujos y los duendes. Los semidioses están más cerca de las fuerzas celestes y los duendes más cerca de las fuerzas telúricas. En cuanto a los magos y a los brujos, o estudian día y noche o tienen sus días contados. Ambos colectivos son de naturaleza humana y mortal pero aún siendo de la misma especie sus intereses son distintos. Los magos son buenos, amables, poderosos y protectores. Ellos pueden invocar a las mejores y más potentes fuerzas del universo y restablecer el equilibrio. Los brujos, en cambio, son malvados, crueles, envidiosos, vengativos y rencorosos. Su soledad es negra, atormentada y tormentosa.”

“¿Qué tiene que ver esto con las brujas?”, me interrumpe Jorge que es tranquilo y que tranquilamente quiere ver “el punto” de la cuestión.

“Bien. En el caso de las magas y de las brujas la diferencia debería ser la misma pero no lo es y lamentablemente pocos son los que lo saben. La fuerza social de las magas es infinitamente mayor que la de las brujas. Las magas ocupan puestos de gran relevancia y son admiradas por la comunidad. Son tan envidiosas como envidiadas y ello les lleva a luchar por puestos clave que les protegen. Sus enemigos son cada vez menos porque no tienen ningún escrúpulo en ir deshaciéndose de ellos, mientras que los más débiles, que no quieren correr la misma suerte, les ríen las gracias y les alaban por su fuerza y decisión. Las magas se reúnen en corporaciones, en círculos, en reuniones. Las magas son socialmente activas e intercambian fórmulas y estrategias. Descubrirlas no es fácil. Vencerlas es prácticamente imposible. Sus técnicas de manipulación, de sugestión, de deformación de la realidad, mejoran día a día. Aquéllos que se quejan de la feminización del mundo, se están quejando sin saberlo del encantamiento del mundo por parte de determinadas féminas. Féminas a las que se llama Damas y que pocas veces, por no decir nunca, tienen que ver con las “it girls".
Las brujas, en cambio, son mujeres solitarias y aisladas. La soledad es su condena tanto como su salvación. La soledad las esconde de sus enemigos, que no son pocos, no creas y las mantiene vivas. Al mismo tiempo les permite aumentar sus conocimientos y su sabiduría basada tradicionalmente en dos ocupaciones principales: traer niños al mundo (comadronas) y fitoterapia o conocimiento de plantas medicinales.Puedes imaginarte qué peligrosa resultan ambas actividades. O las queman si un bebé no ha nacido correctamente, o las queman si una hierba no ha sanado al enfermo o si un determinado brebaje no ha conseguido convertir en amante al amado por el que se suspira, o se las quema porque viven solas, son pobres y viejas, van mal vestidas y no tienen quien las defienda, o simplemente se las quema porque se necesita de alguna víctima propiciatoria. Me refiero a las brujas auténticas, claro, no a esas mujeres que eran acusadas por alguna envidiosa y secundadas por algún ambicioso que quería apropiarse de sus riquezas. Eso, como digo, es otro tema.
Justamente porque las brujas están solas, resulta más fácil convertirlas en la diana de la ira popular. Las brujas, al contrario que las magas, son las antenas sobre las que se descarga toda la energía negativa de la comunidad. He dicho bien: sobre las que se descarga. Pero por unas causas u otras, las comunidades prefieren olvidar que las brujas son antenas receptoras y no emisoras. Prefieren ignorar que las brujas reciben pacientemente la energía negativa y creer que son ellas las que la irradian. De ahí todas las leyendas negras acerca de estas mujeres que vivan donde vivan han de soportar el lado más oscuro de sus congéneres a fin de que estos puedan continuar felizmente su existencia.”

“Es terrible”, suspira Jorge.

“Terrible, sí”, repito. “Terrible porque no pueden hacer gran cosa salvo encerrarse en su soledad. Por otra parte, al ser receptoras de la energía negativa, no despiertan ni piedad ni compasión. Los buenos sentimientos humanos están cerrados para ellas. Terminan sus días convirtiéndose en personas ariscas y cada vez más solitarias, lo cual termina originando una cierta falta de modales, de compostura y una cierta torpeza en su comportamiento social. Cuando hablan son malinterpretadas y cuando intentan defenderse, su defensa se confunde con ataque.”

“¿Y si se unieran las brujas por aquello de que la unión hace la fuerza?”, pregunta Jorge pensativo.

“La unión hace la fuerza, en efecto. La unión de brujas aumenta la capacidad receptora de esa energía negativa. ¿Puedes imaginarte una antena que atrajera la energía negativa, toda la energía negativa, de los alrededores? A más brujas, más antena. A más antena, más recepción. Sería una catástrofe por no decir un suicidio colectivo. Una reunión de brujas es una sentencia de muerte. Para ellas, claro. Por eso dije hace tiempo que un aquelarre de brujas es una contradicción en sí mismo. Un aquelarre de brujas o es una reunión de locas o de desvergonzadas. Ni siquiera puede tratarse de una reunión de magas porque ninguna de ellas se rebajaría a semejantes insensates. Ellas, que no paran de maquinar complots exclamarían avergonzadas: ¡Qué va a pensar la gente!”

“¿Y las hadas?”, pregunta Jorge. Y yo sé que está pensando en Carlota.

“Las hadas, Jorge, son en femenino lo que los duendes en masculino: Seres inmortales que toman su fuerza de la Tierra y que por tanto, están sometidos a sus temblores, a sus explosiones tanto como a su armonía y a su  belleza. El carácter de un hada es impredecible. Ahora está contenta pero un ligero roce puede provocarle el llanto más inconsolable, una pequeña brizna de hierba le causa terribles dolores y una leve brisa puede arrebatarle la risa o impulsarla a volar.”

“Pero Carlota duerme”, dice Jorge.

“Carlota duerme porque las hadas, insensibles a las pasiones humanas, no soportan, sin embargo, el dolor de la Tierra y la Tierra en estos momentos está sufriendo angustiosamente. Carlota duerme porque la barbarie se acerca y la Tierra será utilizada por ella. No me preguntes más. Sólo puedo decirte lo que sé, que no es mucho. Carlota duerme porque el espíritu duerme y la energía sufre cortocircuitos. Todos los tiempos son cambiantes. Las estaciones llegan y se van. El día sucede a la noche. El problema es que ahora se está forzando el cambio sin atender al ritmo. ¿Has escuchado la música? No hay ritmo, no hay belleza. La música, como todo, se fabrica a golpe de ordenador y está en constante producción. Producción en exceso. Tantos sonidos artificiales impiden concentrarse en los naturales. Por eso las hadas y las brujas, las unas por su naturaleza y las otras por su situación, son las que más lo sufren y lo padecen. Las hadas pueden retirarse a dormir pero las brujas permanecen solas, en el bosque. Buscando desesperadas una solución, un remedio, mientras las antorchas se encienden. Las sociedades desean convertirse en comunidades, olvidando la tarea de construir sociedades. Las familias se transforman en clanes. Los hombres no entienden qué les pasa pero en su interior no son felices; están nerviosos, irascibles, estresados y buscan el consuelo en los lugares más variopintos y rocambolescos. 
Sean materiales o espirituales no lo encontrarán porque sus corazones están confusos y no saben lo que quieren. Demasiados sonidos en su cabeza. Demasiadas palabras que no dicen nada. Músicas computerizadas que están lejos de estar unidas con la Naturaleza se llamen como se llamen esas músicas y persigan lo que persigan.Voces humanas que han sido modificadas en los estudios de grabación para darles a base de pretar a botones nuevas tonalidades o convertirlas en más graves o más agudas.”

El tranquilo Jorge suspira tranquilamente. “Es emocionante hablar contigo, Isabel. Pero es agotador. Otro día te llamo. No te enfades si tardo. Te sales de cualquier patrón conocido y más que entender lo que escribes, hay que descifrarlo. Nunca estoy seguro de si hablas en serio o en broma. Tienes que admitir que losartículos de los otros siguen pautas más convencionales.”

“Eso es culpa del trabajo en equipo”, le digo riéndome, “Ahora junto a un organizado Mainstream hay un organizado Antimainstream pero eso...”

“Sí, ya lo sé” me interrumpe Jorge. “Pero  eso es ya otro tema.”

La bruja ciega.





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