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Friday, February 17, 2017

Una bruja encolerizada

No tengo palabras para expresar la ira que me invade al pensar en todos esos arrogantes, soberbios, engreidos, que se autoproclaman jueces del bien y del mal. No las tengo ahora y no las he tenido jamás. Estoy tan enfadada que a duras penas puedo escribir. Debería calmarme, primero y redactar, después. Pero no quiero. No quiero. No me da la gana. No me da la real gana: esa real gana que es mia y solo mía.

Primero leo que alguien acaba de publicar un libro en el que se asegura que las elecciones llevan a la pérdida de la democracia. Los ejemplos que se ofrecen son los del Brexit y la victoria de Trump. ¿Quiere eso decir que cuando los escoceses votaron “no” a la independencia estaban destruyendo la democracia? ¿O quiere decir más bien que las elecciones socavan la democracia solo y solo si no se logran los resultados que unos cuantos esperaban obtener? ¿Quiere decirse que sólo es democrático lo que un grupo de poder califica de democrático y antidemocrático todo lo demás? ¿Inculturizar al pueblo es democrático? Qué es inculturizar al pueblo ¿sumergirlo en teorías de la conspiración o hundirlo en la realidad virtual, que de tan virtual que es consigue incluso crear mundos? ¿Qué significa inculturizar al pueblo? ¿Educarlo en la idea de que el dinero es lo único importante, que o machaca o se es machacado, que el mundo se divide, en víctimas y verdugos o, como he oido recientemente, en víctimas y supervivientes? ¿Eso es democrático? ¿Es democrático decidir unilateralmente lo que es democrático y lo que no?
Ultimamente la democracia parece el juego que los indecisos practican cuando no saben muy bien qué hacer: lanza nuna moneda al aire y dejan que el azar decida, pero al mismo tiempo pretenden que el azar se decante por la misma opción que ellos en el fondo prefieren. Así que primero lanzan la moneda al aire y si no sale el resultado esperado, la vuelven a lanzar otra vez, y otra y otra y otra, hasta que finalmente la moneda muestra aquello que ellos querían que mostrara.

Y a eso, seguramente, le llaman “armonía del universo con ellos mismos”, o algo por el estilo que es lo que se lleva.

La segunda noticia, que tiene relación con el tema anterior aunque a primera vista no lo parezca, es que una mujer de 64 años ha dado a luz a un par de bebés a pesar de que le habían retirado la custodia de la primera. Y claro, los sacrosantos protectores del Orden y la Moral, de los valores Eternos y Universales, que no tienen otra cosa que hacer que cuidar de que los demás se comporten como Dios manda, o sea: como ellos dicen que Dios manda, se rasgan las vestiduras, se embadurnan de cenizas y empiezan a lamentarse de la edad de la mujer. Por si fuera poco luego nos enteramos de que a la mujer le han retirado la custodia de una hija anterior, que había estado cuidando a sus padres hasta que estos murieron y que sus hermanos la han declarado esquizofréncia o dicen que es esquizofrénica.

Y bien.

Respecto al primer tema: la edad. Hasta donde yo sé, Dios nos da la vida; Dios nos la quita. Mujeres jóvenes mueren de cáncer, en accidentes de coche y se suicidan, por decir algo. Mujeres mayores ven llegar y pasar la barrera de los sesenta, setenta, ochenta y noventa con total normalidad. Esos que hablan de Dios, de lo que es normal y lo que no, son tan soberbios que por obligar, obligan a Dios a quitar la vida cuándo y cómo ellos dicen. Y si es verdad que no Dios, sino la ciencia tiene el poder de la vida y la muerte, ¿No dice la ciencia que vamos a vivir hasta pasados los cien años en plena posesión y uso de todas nuestras facultades?

En segundo lugar, ¿no es la mujer dueña de su cuerpo? ¿no se repite una y otra vez hasta la saciedad que la mujer puede hacer con su cuerpo lo que quiera? Incluso en caso de aborto, sobre todo en caso de aborto, la sociedad deposita en la mujer toda la responsabilidad: ella es la que tiene el derecho (y la obligación) de decidir. Pero esta libertad femenina que tanto se predica ¿sólo se posee cuando se trata de abrirse de piernas y de abortar pero no de traer hijos al mundo cuándo y cómo a la mujer le parezca a ella oportuno, o lo que es lo mismo: cuando le plazca?¿Es que una mujer no puede decidir por sí misma más que lo que los otros dicen que puede decidir?

¿Otra vez la paradoja?

¿La mujer es libre y puede hacer con su cuerpo lo que quiera hasta los límites que los otros impongan?

En tercer lugar ¿por qué los hermanos se abalanzan como fieras contra la hermana en vez de protegerla y ayudarla? ¿por qué ese intento de declararla loca e incapaz cuando al parecer es lo suficiente inteligente como para conseguir paralizar todos los ataques, incluso los judiciales, que esos “buenos y comprensivos” hermanos han iniciado y llevado contra ella? ¿Por qué no apoyarla en su deseo de ser madre y de enseñarla a ejercer de progenitora, a confiar en la sociedad, en vez de criticarla, insultarla y hacer lo posible e imposible para que le retiren la custodia de su hija? ¿No les parece eso cruel, déspota y anticristiano? ¿Cómo quieren que confie en guarderias, en ir al parque con su hija, en que su hija se junte con “emigrantes” si su propia familia es la primera es aislarla y humillarla? A lo mejor eran ella y su hija las consideradas "raras" por el resto de las respetables madres. Vamos, vamos. Todos conocemos el "yo no he hecho nada", cuando justo en ese "no hacer nada" radica el mal. Y esa historia de que no quería que su hija se juntara con emigrantes ¿Es que es la única ciudadana que tiene algo en contra de los musulmanes? Yo he escuchado a mujeres muy cristianas y católicas, de esas de misa de domingo, pronunciar verdaderos discursos anti cristianos y anti humanos en contra de todos los emigrantes y de tratarlos con una descortesía que rayaba lo soportable. Comentarios despectivos de lectores en contra de los musulmanes leo todos los días. Pero era más cómodo que todo siguiera como siempre y que ella continuara atada y bien atada a las exigencias familiares.  Y no me vengan con historias de angelitos, que aquí todos nos conocemos. No es la primera vez que asisto a algo parecido. Conozco una mujer que se casó aprisa y corriendo después de haber escuchado cómo la novia de su hermano le proponía llevársela a la finca en calidad de sirvienta y cómo éste consideraba que se trataba una genial idea. Conozco otro caso en el que la hija no tuvo tanta suerte y se quedó soltera y al cuidado de los padres, sin tiempo ni consentimiento para tener amigas porque las amigas, decían padres y hermanos, hacía que descuidara las tareas del hogar. Así pues vivió en la casa paterna sin derecho a viajar ni a salir a ningún sitio que no fuera la iglesia. Los unos imponían las normas morales basándose en la tradición y en la religión pero sólo la hermana estaba obligada a cumplir los santos evangelios. Los hermanos más que hermanos eran vigilantes estrictos del cumplimiento de los deberes de su hermana para la que no existían más que deberes; ningún derecho.  Cuando los padres fallecieron los primeros en abandonar a la hija soltera y solitaria fueron los hermanos. Cuando el padre murió con casi cien años, ella se acercaba a los ochenta y ni veía ni oia bien. Los hermanos más jóvenes y con familias propias no sabían qué hacer; en vez de atenderla se dedicaron a reirse de ella, a criticarla en las tiendas. No sé si ustedes saben cómo son en los pueblos. Los dependientes le daban los peores trozos, la servían mal y la trataban peor, únicamente para contar a continuación en plan de chanza lo mal que sabía comprar. Mucho sentimentalismo sentimentaloide pero nada de caridad. Lo único que todos esos parientes esperaban es que muriera para heredar el legado que sus padres le habían dejado y que era bastante menos de lo que ella misma hubiera podido ganar si hubiera abandonado a su familia y hubiera hecho lo que otras muchas hicieron para librarse de esa opresión: irse a servir a Barcelona.
Sí. Ese es el mundo del que nadie quiere saber. Ese es el mundo que todos quieren mantener oculto debajo de la alfombra, como si fueran comportamientos de la Edad Media o algo por el estilo, cuando lo cierto es que la incultura, la impiedad, la avaricia y el egoismo generan una locura malsana que se extiende como la pólvora en lugares en los que apenas pasa nada, porque es el modo de diversión que muchos encuentran y otros siguen. Esa es la atmófera que ha dominado y domina en más de un lugar y en más de dos y esa es la verdadera razón por lo que los hombres inteligentes y con fuerza moral han de sacar toda su energía para huir del lugar que los vio nacer y buscar su suerte en otra parte, para no perecer víctima de la caza de brujas que han organizado aquellos que se llaman "parientes y amigos"
Acabo de enterarme que trabajaba en Tenerife y que tuvo problemas con su jefe, así que dejó el trabajo. Y esto, claro, es una nueva prueba para mostrar y demostrar, sugiriendo sin decir, que esa mujer no está en sus cabales. Según esa regla de tres ¿ tendran que temer a partir de ahora todos los trabajadores que tengan serias diferencias con sus jefes que se dude de su equilibrio mental? A mí me parece que recurrir a la locura cuando jurídicamente goza de todos sus derechos es faltar al honor. Acaba de parir y ya se está decidiendo el futuro de esas bebés en vez de ponerse de acuerdo para ayudar a que las crie. Algunos quieren incluso separar lo más lejos posible a las hijas de la madre. Vivimos en un mundo de seres humanos que sólo tienen de humano el discurso y las apariencias sentimentaloides. 

La mujer que acaba de dar a luz tiene 64 años, sí. Pero tiene la fuerza moral para parir pese a la oposición de una familia que debería protegerla en vez de destrozarla; tiene la fuerza moral para soportar que le quiten una hija, su primera hija, la hija a la que tanto amó, la hija con la que tanto soñó, justo cuando estaba haciendo todo lo posible por aprender y mejorarse - ¡qué dolor! ¡qué agonía debió sentir! – Me pregunto si la historia de la esquizofrenia no parte de ahí y no se debe a la locura genética sino al dolor desesperado. Y pese a todo aun tiene fuerza, superada la tragedia de perder a su hija, de volver a intentarlo.

Es de vergüenza, de vergüenza que se sea únicamente demócrata, únicamente liberal, para lo que unos cuantos dictan que es democrático y liberal.

Es en momentos así cuando la sangre se me altera y no sé si convertirme en Hulk o en mosquetero.

Voy a prepararme un café para tranquilizarme.

Hay cosas que claman al cielo.

Pero hay cosas que más que clamar, gritan. 

Ustedes ya lo saben: no soporto el cinismo.

El de una sociedad no es que no me guste: es que me asusta... y mucho.

La bruja ciega


Tan enfadada, realmente tan enfadada....

Y tan preocupada, tan preocupada...

Lo último que me faltaba: la controversia que el Papa Francisco ha liado al hablar de Santo Domingo.

Unos que representa a la Inquisición y otros que introdujo las órdenes mendicantes.

Y es que así somos: primero y gracias al apoyo de Inocencio III se introducen las órdenes mendicantes, para servir de contrapeso a los herejes cátaros occitanos cuyo éxito radicaba en que no cobraban el diezmo eclesiástico y vivían en la más estricta austeridad y viviendo de su trabajo, y a la muerte de Inocencio III, Gregorio IX viendo que los herejes occitanos amenazaban con extenderse, convierte a los dominicos en perfectos inquisidores y protectores del Orden eclesiástico, el suyo, claro. La Inquisición fue la primera organización policial europea. A lo bestia, pero la primera.
Al parecer algunos siguen con complejo de inquisidor al tiempo que en la taberna social no dejan de repetir que cada cual viva como quiera.
Mejor debieran decir que vivan como ellos dicen que han de vivir.

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