Mi extrañeza ante el mundo no es
nueva, comenzó hace unos veinticinco años y al principio más que asombro fue
desconcierto, turbación. Yo, sencillamente, no entendía nada, absolutamente
nada de lo que estaba sucediendo a mi alrededor. La realidad había cambiado súbita y absolutamente de la noche a la mañana, porque el caso era que al acostarme todo seguía en orden. Había sido al levantarme cuando noté la transformación. Una de dos: o era yo la loca o era el mundo
entero el que estaba loco. Saber que Einstein había pronunciado esta misma
frase supuso un gran alivio porque me permitió considerar la posibilidad de mi
cordura. Creo que fue Jorge el que al verme tan preocupada, tan realmente
preocupada, me dijo que yo era una extraterrestre y que había
tenido suerte de que los otros me hubieran permitido vivir tanto tiempo en mi
planeta.
Desde entonces sigo sin entender el mundo, ni siquiera el que me rodea, el
más próximo. No obstante, tampoco he dejado de intentar comprenderlo. Quién
sabe, quizás algún día lo consiga. Lo que más me asombra son todos esos que
ante la estupefacción que a veces me embarga, vienen y me dicen con una benevolencia que
raya en la grosería: “Déjalo. No pienses. No merece la pena.
Tómalo tal cual.”
¿Y todavía se requieren de élites negras y diabólicas para destruir el mundo?
Y ayer, ante la falta de ganas de trabajar y el imperioso afán de olvidar el
dolor por la separación de mis amigos, no se me ocurrió otra cosa que ver unos cuantos vídeos
de Daniel Estulin, del cual se dice que está nominado para el Premio Nobel de
la Paz y para el premio Pulitzer por uno de sus últimos libros.
Estulín, francamente, no consiguió liberarme de mi asombro.
Estulín, francamente, no consiguió liberarme de mi asombro.
Reconozco que su capacidad para el discurso es magistral. Estoy convencida
de que sus investigaciones son sumamente fiables y de que ninguna de ellas es
errónea. Muchos de sus análisis, sobre todo los que tienen que ver con el oscuro
y sospechoso origen de las revoluciones y de los movimientos populares, son exactos,
correctos y coherentes. Es sin embargo, al introducirse en otros temas, cuando
a una, que soy yo, le invade una especie de desaliento al pensar, o tal vez sea
simplemente desear, que los análisis de Estulín van más allá de los análisis
que sus investigaciones le permiten.
Dejemos la última de sus predicciones, según la cual la generación de
nuestros nietos será la última generación de la raza humana tal y como hoy la
conocemos. Apartemos por
un momento a los Illuminati, al Club Bilderberg, al instituto Tavistock y a todos esos elementos que en la sombra
conspiran contra la humanidad a la que, según él, llaman "masa sucia".
Dos son las afirmaciones de Estulin que me asombran.
La primera es oirle decir
que Aldous Huxley era un tonto utilizado por tales organizaciones. Acto seguido corta la frase y sin más
explicación vuelve a sumergirse en su tema. Yo, en cambio, me sumo en las elucubraciones.
Es posible que Aldous Huxley se equivocara en muchas de sus consideraciones acerca de la droga y del mundo del Todo, pero desde luego no en lo que respecta a la sociedad, a sus problemas y a la intuición de cómo éstas serían solucionadas. Dudo mucho que Aldous Huxley, nieto de uno de los más prestigiosos y admirados maltusianos de su época no estuviera al corriente de lo que se preparaba entre bambalinas. Otra cosa muy distinta es que participara en ellas. Al fin y al cabo ¿qué significa participar? De algún modo todos formamos parte del mundo y colaboramos a acrecentar la estupidez que suele caracterizarle. Ni siquiera los más inteligentes y los más santos se salvan de ello. A veces por un absurdo error en los cálculos, a veces por la insensatez de creer que “lo que debería ser” se ha hecho realidad (bien gracias a ellos, bien en ellos).
Es posible que Aldous Huxley se equivocara en muchas de sus consideraciones acerca de la droga y del mundo del Todo, pero desde luego no en lo que respecta a la sociedad, a sus problemas y a la intuición de cómo éstas serían solucionadas. Dudo mucho que Aldous Huxley, nieto de uno de los más prestigiosos y admirados maltusianos de su época no estuviera al corriente de lo que se preparaba entre bambalinas. Otra cosa muy distinta es que participara en ellas. Al fin y al cabo ¿qué significa participar? De algún modo todos formamos parte del mundo y colaboramos a acrecentar la estupidez que suele caracterizarle. Ni siquiera los más inteligentes y los más santos se salvan de ello. A veces por un absurdo error en los cálculos, a veces por la insensatez de creer que “lo que debería ser” se ha hecho realidad (bien gracias a ellos, bien en ellos).
Aldous Huxley estaba convencido de que un sistema industrial esclavizaba al
hombre. Al mismo tiempo era consciente de que dicho sistema le permitía
alcanzar unas mejores condiciones de vida. Así que alentaba al individuo a aceptar ser un idiota
durante las ocho horas de su trabajo y a dedicarse a la tarea de desarrollarse
como ser humano las otro ocho horas del día.
Lamentablemente sus congéneres han preferido dedicar el tiempo de ocio del que disponen a todas aquéllas actividades que no exijan ningún esfuerzo ni físico ni mental. Lo que todos ellos anhelan es ir a comer a restaurantes, pasar las vacaciones en hoteles de lujo de los cuales no hace falta salir porque ofrecen todo lo que cualquier persona desea: masajes, saunas, comida saludable, paseos románticos, excursiones inolvidables... Nada de lecturas que sobrepasen “Harry Potter”, “Juego de Tronos” y similares; nada de música clásica; nada de conversaciones que intenten profundizar sobre un tema. Hay que ir al punto y además rápido y veloz.
Lamentablemente sus congéneres han preferido dedicar el tiempo de ocio del que disponen a todas aquéllas actividades que no exijan ningún esfuerzo ni físico ni mental. Lo que todos ellos anhelan es ir a comer a restaurantes, pasar las vacaciones en hoteles de lujo de los cuales no hace falta salir porque ofrecen todo lo que cualquier persona desea: masajes, saunas, comida saludable, paseos románticos, excursiones inolvidables... Nada de lecturas que sobrepasen “Harry Potter”, “Juego de Tronos” y similares; nada de música clásica; nada de conversaciones que intenten profundizar sobre un tema. Hay que ir al punto y además rápido y veloz.
Aldous Huxley creía firmemente que un individuo podía cambiar el mundo e
incluso la historia. Se equivocó nuevamente. En una realidad espiritualmente
hegeliana y materialmente industrial, el individuo se encuentra indefenso. El
individuo, hoy como ayer, necesita de amigos, ésto es, de aliados con los que
incrementar su fuerza para conseguir sus objetivos y de enemigos contra los que
actuar de forma que ello evite que sea él mismo quién se convierta en víctima.
En cualquier caso Aldous Huxley, al igual que muchos otros intelectuales de
su época, comprendió que una sociedad que basa su desarrollo y su progreso en
la destrucción de los recursos naturales, es una sociedad que está condenada a
perecer aunque no sea de modo inmediato. Huxley estaba seguro de que antes la
humanidad atravesaría la dictadura global de un sistema socialista-comunista
porque ellos prometían una repartición equitativa de unos recursos naturales
que cada vez escaseaban más.
Muy probablemente Huxley también se equivocó en esto. Lo más seguro es que no los comunistas sino los fascistas sean los que finalmente terminen imponiéndose. Pero esto que nosotros consideramos un error, desde su punto de vista no lo es tal. Comunismo y fascismo, son a los ojos de Huxley, conceptos parecidos: dictaduras populistas que utilizan cualquier método para privar al hombre de su libertad y de su reflexión.
Muy probablemente Huxley también se equivocó en esto. Lo más seguro es que no los comunistas sino los fascistas sean los que finalmente terminen imponiéndose. Pero esto que nosotros consideramos un error, desde su punto de vista no lo es tal. Comunismo y fascismo, son a los ojos de Huxley, conceptos parecidos: dictaduras populistas que utilizan cualquier método para privar al hombre de su libertad y de su reflexión.
El otro punto en los
análisis de Estulin que me asombran es que afirme que las élites prefieren un
colapso económico a gran escala, como medida eficaz para detener el aumento y
propiciar la disminución de la población antes que la guerra. La guerra, explica Estulin, es cara y
además no logra solucionar el problema. A pesar de que en la última guerra
murieron 120 millones de personas, la demografía mundial, ha
experimentado un imparable aumento de la población humana. Según Estulin, las élites pretenden mantener a la sociedad en la pobreza porque éste es un método absolutamente eficaz para conseguir
detener la natalidad.
A mi juicio, sin embargo, la afirmación según la cual conseguir reducir la población utilizando la guerra como medio resulta más cara y menos eficaz que dinamitar la economía mundial, es sumamente problemática. Y ello por dos motivos.
A mi juicio, sin embargo, la afirmación según la cual conseguir reducir la población utilizando la guerra como medio resulta más cara y menos eficaz que dinamitar la economía mundial, es sumamente problemática. Y ello por dos motivos.
En primer lugar ¿Por qué los países más pobres del planeta son también los que
experimentan un mayor aumento de natalidad? ¿Por qué los estudios revelan que
es el progreso y el confort material los que justamente reducen la natalidad? ¿Por
qué es en la rica Europa donde menos niños precisamente nacen? ¿Por qué a partir de la segunda generación los llegados a Europa desde los prolíficos países del Oriente abandonan el deseo de tener muchos hijos, entre otras cosas porque
las mujeres han podido incorporarse al mundo del trabajo? ¿Por qué el problema
de las madres adolescentes en Europa se da, sobre todo, en las clases
socialmente inferiores, en ésas en las que el nivel de educación alcanza cotas realmente
bajas?
Si la guerra resulta tan costosa ¿por qué todos los países se están lanzando a la
compra y renovación de su armamento? Si la guerra no es un buen método para
controlar a la población con el miedo, la pobreza, la miseria y el odio ¿por
qué hay tantas guerras? ¿Es que la guerra es lo único que se escapa al control
de las élites negras y oscuras?
Un mundo que vive en constante conflicto bélico y Estulín va y dice que a la élite la guerra no le resulta un modo de destrucción eficaz porque es muy caro para acto seguido afirmar que el problema de la élite no es el dinero sino los recursos.
Es posible entonces interpretar que la guerra consume los recursos y por tanto no es conveniente que exista la guerra. ¿Alguien puede entonces explicarme por qué hay tantas guerras si los controladores del Planeta Tierra, desde hace generaciones, según se dice, no desean que existan las guerras porque no les producen beneficios económicos, puesto que ya no los necesitan, no disminuyen la población a los niveles que ellos desearían y además contribuyen a degradar los ya de por sí insuficientes recursos materiales?
Un mundo que vive en constante conflicto bélico y Estulín va y dice que a la élite la guerra no le resulta un modo de destrucción eficaz porque es muy caro para acto seguido afirmar que el problema de la élite no es el dinero sino los recursos.
Es posible entonces interpretar que la guerra consume los recursos y por tanto no es conveniente que exista la guerra. ¿Alguien puede entonces explicarme por qué hay tantas guerras si los controladores del Planeta Tierra, desde hace generaciones, según se dice, no desean que existan las guerras porque no les producen beneficios económicos, puesto que ya no los necesitan, no disminuyen la población a los niveles que ellos desearían y además contribuyen a degradar los ya de por sí insuficientes recursos materiales?
¿Es que las élites controladoras no pueden controlar los instintos asesinos
del hombre? ¿Es que lo único que pueden es controlar su estupidez? ¿Entonces
para qué tanto lavado de cerebro? Si no puede parar algo que no es eficaz para
sus objetivos, algo que es incluso contrapuesto a sus verdaderos intereses, ¿para qué, entonces, ese
empeño en la manipulación de la sociedad?
La afirmación que sostiene que las élites prefieren el empobrecimiento de la sociedad a las guerras puesto que la pobreza resulta un modo de control de la demografía más eficaz que los conflictos bélicos es problemática, además, por un segundo motivo.
Aceptar dicha afirmación como válida nos obliga a admitir la consecuencia que de ella se deriva. Esto es: que al dinamitar la economía mundial, las élites más poderosas y oscuras del Planeta Tierra están también dinamitando su propia economía. No me negarán que esto sí que es una contradicción en todos sus términos: Si hay algo que moleste más a un millonario eso es perder un centavo. Sencillamente le horroriza. "Hoy pierdo un centavo y manana millones", gimotea.
Prefiere regalarlo antes que perderlo. ¿De verdad es creíble el argumento de que las élites quieren destruir las estructuras económicas, sus estructuras, a fin de conseguir disminuir la población?
La pobreza introduce el fascismo, sí. Pero seamos sinceros, la corrupción afecta al fascismo tanto como a la democracia; y en lo que a la población respecta, lo cierto es que puede ser imbécil o inteligente tanto si vive en el fascismo como en la democracia.
La libertad se acaba en el momento en que un hombre ha de trabajar a destajo para ganarse la vida y eso es posible en ambos regímenes.
La única diferencia es que en la democracia un individuo puede hablar mal de los políticos y del sistema y en el fascismo, ello le conduce al paredón.
Permítanme que dude de que ésta menudencia pueda llegar a afectar a las élites poderosas y adineradas. Una población que vive en una democracia y permanece delante de la televisión, del ordenador, y en la discoteca o en el bar, cada vez que tiene tiempo, asistiendo a los grandes espectáculos de masas está igual de esclavizada que el ciudadano que no puede expresar libremente sus pensamientos porque están prohibidos.
En un caso, en el del régimen democrático, el individuo puede pensar pero no lo hace porque está disfrutando del tiempo libre, y caso de que se decida a pensar es mejor que no exprese sus reflexiones en voz alta porque los otros no le harán caso, ocupados como están en disfrutar de su ocio y además incluso corre el peligro de que le consideren un plasta; con lo cual el ciudadano que ha pensado se siente sólo y regresa al mundo virtual en el que habita el resto para no volver a pensar.
En el régimen fascista, en cambio, el ciudadano piensa, entre otras cosas porque la duración de su tiempo libre, como todo lo que se refiere a la organización de su vida, está restringido y regulado y de este modo, aunque parezca una contradicción en sus términos, dispone de más tiempo para pensar; sin embargo es mejor que guarde sus reflexiones para sí mismo, excepto en el caso de que sienta un profundo cansancio por la existencia, su existencia, y si, pese a todo, se decide a comunicar abiertamente sus pensamientos o coincide con la directriz del partido y en ese caso le conceden el título de "gran intelectual" o no coincide con lo cual ha de aceptar las consecuencias de su insensato acto."Que conste que se lo dijimos", piensan sus allegados en silencido. Lo más probable es que se acostumbre a no pensar.
Como ustedes pueden observar, grandes diferencias, francamente, no hay. Quizás que las fiestas de Fuenteovejuna en democracia son más ruidosas que en el fascismo pero incluso en este punto habría mucho que discutir.
En cualquier caso sigo preguntándome cómo podría afectar al gobierno de los élites la implatación de uno u otro régimen.
La afirmación que sostiene que las élites prefieren el empobrecimiento de la sociedad a las guerras puesto que la pobreza resulta un modo de control de la demografía más eficaz que los conflictos bélicos es problemática, además, por un segundo motivo.
Aceptar dicha afirmación como válida nos obliga a admitir la consecuencia que de ella se deriva. Esto es: que al dinamitar la economía mundial, las élites más poderosas y oscuras del Planeta Tierra están también dinamitando su propia economía. No me negarán que esto sí que es una contradicción en todos sus términos: Si hay algo que moleste más a un millonario eso es perder un centavo. Sencillamente le horroriza. "Hoy pierdo un centavo y manana millones", gimotea.
Prefiere regalarlo antes que perderlo. ¿De verdad es creíble el argumento de que las élites quieren destruir las estructuras económicas, sus estructuras, a fin de conseguir disminuir la población?
La pobreza introduce el fascismo, sí. Pero seamos sinceros, la corrupción afecta al fascismo tanto como a la democracia; y en lo que a la población respecta, lo cierto es que puede ser imbécil o inteligente tanto si vive en el fascismo como en la democracia.
La libertad se acaba en el momento en que un hombre ha de trabajar a destajo para ganarse la vida y eso es posible en ambos regímenes.
La única diferencia es que en la democracia un individuo puede hablar mal de los políticos y del sistema y en el fascismo, ello le conduce al paredón.
Permítanme que dude de que ésta menudencia pueda llegar a afectar a las élites poderosas y adineradas. Una población que vive en una democracia y permanece delante de la televisión, del ordenador, y en la discoteca o en el bar, cada vez que tiene tiempo, asistiendo a los grandes espectáculos de masas está igual de esclavizada que el ciudadano que no puede expresar libremente sus pensamientos porque están prohibidos.
En un caso, en el del régimen democrático, el individuo puede pensar pero no lo hace porque está disfrutando del tiempo libre, y caso de que se decida a pensar es mejor que no exprese sus reflexiones en voz alta porque los otros no le harán caso, ocupados como están en disfrutar de su ocio y además incluso corre el peligro de que le consideren un plasta; con lo cual el ciudadano que ha pensado se siente sólo y regresa al mundo virtual en el que habita el resto para no volver a pensar.
En el régimen fascista, en cambio, el ciudadano piensa, entre otras cosas porque la duración de su tiempo libre, como todo lo que se refiere a la organización de su vida, está restringido y regulado y de este modo, aunque parezca una contradicción en sus términos, dispone de más tiempo para pensar; sin embargo es mejor que guarde sus reflexiones para sí mismo, excepto en el caso de que sienta un profundo cansancio por la existencia, su existencia, y si, pese a todo, se decide a comunicar abiertamente sus pensamientos o coincide con la directriz del partido y en ese caso le conceden el título de "gran intelectual" o no coincide con lo cual ha de aceptar las consecuencias de su insensato acto."Que conste que se lo dijimos", piensan sus allegados en silencido. Lo más probable es que se acostumbre a no pensar.
Como ustedes pueden observar, grandes diferencias, francamente, no hay. Quizás que las fiestas de Fuenteovejuna en democracia son más ruidosas que en el fascismo pero incluso en este punto habría mucho que discutir.
En cualquier caso sigo preguntándome cómo podría afectar al gobierno de los élites la implatación de uno u otro régimen.
Sarcasmos aparte hay un tercer problema: ¿es que la pobreza no obliga a acabar con cualquier recurso
natural que se precie? ¿Es que la pobreza no obliga a talar árboles para vender
la madera, quemar bosques para plantar patatas, y arrancar incluso las tuberías
de los cuartos de baño para obtener un poco de pan? ¿Es que no hemos visto en
que estado de desolación viven los campamentos de nómadas, que sólo dejan
basura a su paso y que a veces incluso han de trasladarse porque las ratas no
les dejan vivir? ¿Desde cuándo la pobreza es noble? Acaso la pobreza del sabio
pero incluso ése ha de disponer de un pequeño cobijo y de una frugal comida si
no quiere perecer o convertirse en hombre-lobo. Hay algo más: incluso en el caso de que los recursos naturales escaseen, las élites poderosas dispondrán del necesario dinero para pagarlos y de suficientes guardas de seguridad para defenderlos ¿Un ejemplo? En la capital de la India, en Nueva Delhi, el agua es un bien del que muchas personas carecen debido, entre otras cosas, a que los pozos acuíferos están agotados. Pues bien, camiones repletos de agua recorren la ciudad para llenar las cisternas de las viviendas de los adinerados ¿Puede alguien creer que los ricos del Planeta no harían algo parecido?
No. No entiendo a Estulin. Me faltan datos y conocimientos suficientes para poner en duda sus investigaciones. Pero sí puedo preguntarme por la validez de algunas de las deducciones que a partir de dichas investigaciones establece y el resultado ha sido este artículo.
La bruja ciega
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